(en esta narración, se consideran a todos los protagonistas neutros)
Les 3 cerdites y le lobe feroz
En un ancho valle vivían tres pequeñes cerdites, muy diferentes entre sí,
aunque
les dos más pequeñes se pasaban el día tocando el
violín y la flauta. Le hermane
mayor, por el contrario, era más seri (serio) y trabajador.
Un día le hermane mayor les dijo: - Estoy muy preocupade por ustedes, porque no
hacen más que jugar y cantar y no
tienen en cuenta que pronto llegará el
invierno. ¿Que harán cuando lleguen
las nevadas y el frío? Tendrán que
construir una casa para vivir.
Les pequeñes agradecieron el consejo de le mayor y se pusieron a construir
una
casa. Le más pequeñe de les tres, que era le más juguetone, no tenía muchas ganas
de trabajar y se hizo una casa de
cañas con el techo de paja. Le otre cerdite
juguetone trabajó un poco más y la
construyó con maderas y clavos. Le mayor se
hizo una bonita casa con ladrillos y
cemento.
Pasó por aquel valle le lobe feroz, que era un
animal male. Al ver al más
pequeñe de les tres cerdites, decidió capturarle y comenzó a perseguirle. Le
juguetone y rosado cerdite se refugió en su casa temblando
de miedo. Le
lobe, al
ver la casa de cañas y paja, comenzó a
reírse.
- ¡Ja, ja! Esto no podrá impedir que
te agarre -gritaba le lobe mientras
llenaba
sus pulmones de aire.
Le lobe comenzó a soplar con tanta
fuerza que las cañas y la paja salieron por
los aires. Al ver esto, le pequeñe corrió hasta la casa de su hermane, le
violinista. Como era una
casa de madera, se sentían segures creyendo que le
lobe
no podría hacer nada contra elles.
- ¡Ja, ja! Esto tampoco podrá impedir
que les agarre, pequeñes -volvió a gritar
le malvade lobe.
De nuevo llenó sus pulmones de aire y
resopló con todas sus fuerzas. Todas las
maderas salieron por los aires,
mientras les dos cerdites huyeron muy deprisa a
casa de su hermane mayor.
- No se preocupen, aquí están seguros.
Esta casa es fuerte, He trabajado mucho
en ella - afirmó le mayor.
Le lobe se colocó ante la casa y llenó,
una vez más sus pulmones. Sopló y
resopló, pero la casa ni se movió.
Volvió a hinchar sus pulmones hasta estar muy
colorade y luego resopló con todas sus
fuerzas, pero no logró mover ni un solo
ladrillo.
Desde dentro de la casa se podía
escuchar cómo cantaban les cerdites:
- ¿Quién teme a le lobe feroz, a le lobe, a le lobe? ¿Quién teme a le lobe feroz?
Esta canción enfureció muchísimo
a le lobe, que volvió a llenar sus
pulmones y sus
carrillos de aire y a soplar hasta
quedar extenuado. Les cerdites reían
dentro
de la casa, tanto que le lobe se puso muy roje por lo enfadade que estaba.
Fue entonces cuando, al malvado
animal, se le ocurrió una idea: entraría por el
único agujero de la casa que no estaba
cerrado, por la chimenea. Cuando subía
por el tejado les dos pequeñes tenían mucho miedo, pero le hermane mayor les
dijo que no se preocuparan, que darían
una gran lección a le lobe.
Pusieron mucha
leña en la chimenea y le prendieron
fuego. Así consigueron que le lobe huyera.
Les cerdites aprendieron después de esta
aventura que:
ES IMPORTANTE HACER EL TRABAJO CON
AFICION, SI DESEAS SALIR DE UNA DIFICIL
SITUACION.